Germinal de Emile Zola
Posted by admin on 6 Abr 2022 in Cine
Ayer tarde noche (en la plataforma FILMIN), ví de un tirón la totalidad de los 6 capítulos de la nueva serie francesa: "Germinal", basada en la novela del grandioso "Emile Zola" que trata la huelga de mineros a finales del siglo XIX (1884) en el norte de Francia. Esta serie que se estrenó en Francia en 2021 (se puede ver en FILMIN en francés, francés con subtítulos en castellano, o directamente en versión doblada al castellano).
Debo saludar efusivamente esta adaptación de una imponente novela muy rica y a la vez compleja. Si bien me dejó algo frío en sus 3 primeros capítulos luego fue remontando puntos en mi estima hasta que la terminé con lágrimas en los ojos. Es cierto que me costó evitar compararla con la película de Claude Berry (de 1993) con el genial e imponente Gérard Depardieu, pero considero que mereció la pena tal visión.
La lucha obrera de los mineros, que Zola reviste (en mi opinión) de un toque muy de estilo Proudhon en su novela (que casi me sé de memoria) es una auténtica joya literaria.
Esta obra se llama "Germinal" porque precisamente al final de la novela (y en parte en la película de Berry mucho más que en la serie) queda clara la elección del nombre. Germinal en el calendario revolucionario francés señalaba el mes de la primavera en que arranca la germinación de las cosechas. En la novela de Zola, el último párrafo nos lleva en un vuelo literario (cito mi impresión de memoria) que allí, bajo la tierra hormiguean miles de seres humanos extrayendo carbón para alimentar la naciente industrialización, pero su aparentemente fracasada gran huelga, no debe verse como fracaso porque ha dejado plantada la semilla de sed de decencia que ya está germinando en una tierra preñada de muerte, dolor y sangre. Esa germinación de la conciencia obrera acabará por liberar a la humanidad de la opresión de los indecentes explotadores.
Me encanta pensar en el gran revoloteo lírico de Zola al finalizar su novela, que el director de la serie ha decidido ignorar. Quiero pensar que esa omisión voluntaria se deba al deseo de respetar la tangible realidad del momento histórico actual. Si bien a finales del siglo XIX se creía aún en un devenir de prosperidad en la que los humanos serían liberados de la esclavitud por la tecnología. Hoy debemos admitir que en el mundo actual, ya nada invita a pensar que puedan germinar y madurar semejantes sueños.