Reflexión sobre Germinal de Emile Zola
Punto de reflexión: Los que se hayan interesado en esa novela de Zola, ya sea viendo esta serie o simplemente leyendo el libro. se verán atrapados en el doble discurso del autor, que se guarda muy mucho de aclarar lo que es incapaz de aclararse a sí mismo, porque sigue un discurso voluntariamente confuso y a la vez contradictorio.
En los últimos capítulos de la novela, Zola expone con todo lujo de detalles la catástrofe a la que conducen los pactos con la patronal, recreándose en lo que significa perder una huelga general de la minería ante una fuerte e intransigente patronal. Eso queda patente y evidente. PERO, por otro lado, Ilustra y cuenta en toda su crudeza la labor de catársis de "Souvarine", el maquinista anarquista ruso, que afirma y confirma que la única acción posible ante semejante explotación/alienación no es otra que la destrucción de la mina como simbólico sujeto activo de la bárbara explotación patronal.
Si bien Zola hablará al final de esa semilla de revuelta que germina en las minas, no especifica si es la semilla que ha plantado el sindicalista de la internacional marxista: "Étienne Lantier", o si es la destrucción anarquista que plantea y ejecuta "Souvarine", cuyos actos conducen a la muerte de casi todos los mineros atrapados en la inundación del pozo. Tampoco podemos desdeñar en ese canto al nihilismo inmisericorde, el asesinato de la joven y guapa burguesa Cécile a manos del abuelo Vincent Maheu cuyo apodo le viene predestinado al ser "Bonnemort" (buena muerte).