Antaño la Iglesia Católica tenía no solo la capacidad de predicar desde sus púlpitos (al menos en los países occidentales), sino la de crear opinión. El método fue siempre el mismo: garantizar en premio a sus fieles, el eterno paraíso celestial, y amenazar al disidente con las eternas llamas del infierno.

Con el tiempo, nacieron otras iglesias y otros cultos. Surgieron nuevas ideologías de diversas tendencias, pero, todos los cultos tienen una estructura jerárquica común: arriba está Dios, ese líder supremo e infalible del que emana el Poder. Un poco más abajo: sus emisarios vestidos con sotana, uniforme, chilaba, plumas o corbata, da igual: son los indiscutibles interpretes del mesías, y su misión no es otra que divulgar su voluntad.

En el cenagal pastoso de la Madre Tierra, estamos los de abajo. Los siervos que procrean para dar esclavas y esclavos al Poder. Me da igual la aparente simplicidad de lo expuesto: los humanos estuvimos y seguimos estando sujetos a voluntades superiores que nos marcan lo que los intérpretes del Poder entienden por “recto proceder”.

El "recto proceder" en España consistió en enterrar a un genocida llamado Franco, y transitar de puntillas hasta una “democracia” de charanga y pandereta, en la que primaba el respeto al testamento del Dictador. Ahí sigue SU monarquía tapando a los más de 100.000 cadáveres escondidos en cunetas. Ambos dan testimonio de que el proceso fue inamovible. Dicho con palabras del dictador: todo quedó “atado y bien atado”.

Desde el olimpo del Dios dinero, bajó la consigna: los sacerdotes del neo-liberalismo predicaron sin cesar desde sus innumerables templos (Gobierno, Parlamentos,Diarios y Cadenas de TV) para que aceptáramos su religión como la única y verdadera:

Al inicio del proceso, el "recto proceder" consistió en debilitar al máximo a los sindicatos obreros que ostentaron un enorme poder hasta 1976. Hubo que convertirlos en estructuras burocráticas domesticadas y muy bien pagadas con dinero público. Una vez desmembrada la capacidad de reacción de la clase obrera, se destrozó nuestra industria, ya fuera minera, siderúrgica, naval, textil, etc. por supuesto, con grandes inyecciones de dinero público. También con dinero público, se dejó intacta la estructura educativa privada en manos de la Iglesia. Así podían seguir vendiendo su adoctrinamiento. Eso mantuvo contentos a los poderes fácticos y orientó a la plebe hacia al noble oficio de camarero al servicio de una nueva España convertida en meca del turismo chabacano, que bailaba al son de “los pajaritos” en la casposa villa de Benidorm.

Pero se ve que no bastaba con cargarse el futuro de este país en la ficticia Transición. En 2008, desde sus púlpitos nos dijeron: “habéis vivido por encima de vuestra posibilidades y tenéis que expiar el pecado de vuestra desastrosa conducta”. Entonces nos recortaron salarios, pensiones, dignidad, educación, sanidad, y servicios sociales varios.

Para paliar la terrible crisis del ladrillo que generó cientos de miles de parados, de nuevo, el "recto proceder" dictado desde los púlpitos, consistió en rescatar, con más de 120.000 millones de euros (a fondo perdido) a la banca española, mientras las entidades rescatadas se fusionaban para regalarnos unos 80.000 parados más que añadir a la ya larga lista de expulsados del mercado laboral…

Ahora tenemos miedo. Miedo a América con sus: Trump y Macri a los que se suma hoy Bolsonaro. Miedo a la ultra-derecha española a la se suman las: Griega, Húngara, Alemana, Francesa, Italiana, y alguna que otra más…

Nos complace pensar que “ellos”, los sacerdotes de la iglesia neo-liberal son los culpables… Craso error: “ellos” son UNO por cada cien mil de “nosotros”. ¿Acaso lo habrían conseguido sin nuestro voto complaciente y servil de asistentes a las misas de su Iglesia?

¿Acaso pensábamos que consentir y jalear el latrocinio de una clase política alejada de la realidad y apegada a sus privilegios nos iba a salir gratis? Los predicadores de esa Iglesia de la desigualdad no tienen nada nuevo que aportar. Ya provocaron la peor catástrofe humana del siglo XX con la subida de los fascismos, en respuesta a la gran crisis de 1929.

Hoy, quienes ya no tienen nada que perder porque no les queda ni dignidad, se enfrentan a dos opciones:

1º-Asumir la siempre pesada carga de la Libertad, que obliga a pensar y tomar decisiones a diario. Algo que conduce ineludiblemente a rebelarse contra lo injusto.

2º-Abrazar una religión cualquiera, de entre las nuevas, que no solo responde a sus dudas, sino que les promete “patria justicia y pan” (como ya decía la Falange Española en el siglo pasado).

Por consiguiente, del mismo modo que los fascismos surgieron tras la crisis de 1929 pariendo una trágica II Guerra Mundial, hoy por hoy, y por mucho que nos duela, tras la grave crisis económica que sacudió al planeta entero en 2008, ocurre más de lo mismo. Los templos de la mentira rebosan de fieles pobres necesitados de “seguridad”. Los fascismos y otros “ismos” ya ofrecen soluciones en bandeja. Solo nos piden a cambio de seguridad, renunciar a dignidad y libertad. Todo tiene un precio… y siempre hay gente dispuesta a pagarlo.

¿Porque creéis que el PP suprimió la filosofía de la enseñanza secundaria?

Una auténtica Democracia ejercida con plena libertad consiste simplemente en decir NO a lo que nos impone la familia, la escuela, la sociedad o el partido. Los humanos no necesitamos líderes carismáticos, que ayudados por sus perros, nos conducen al redil.

Basta con aprender a decir NO a todas las imposiciones vengan de donde vengan. Sobran pastores y faltan ovejas indisciplinadas que sepan convivir y respetar a sus congéneres. Sobra miedo y falta rebeldía. Somos gregarios por definición. Por consiguiente, capaces de parir soluciones colectivas que nos alejen de ese individualismo malsano que lo ha invadido todo. No aspiro a dirigir a nadie, y por eso mismo, tampoco quiero que me dirijan. Solo quiero pensar que tal vez un día seamos capaces de dejar un mundo mejor a todos los que nos siguen. Puede que no lo consigamos, pero debemos intentarlo por imperativo ético…

Helio Yago.