Chalecos Amarillos (Gilets Jaunes) en Francia.
Interesante (y muy potente) movimiento social, el que ha estallado hace apenas unos días en Francia. De momento, la situación está enquistada entre un gobierno que al no saber que hacer, se dedica a criminalizar la protesta. Frente a él, un movimiento social que no tiene estructura, ni dirigentes, ni portavoces, ni interlocutores con quien negociar. Protestan, luego existen.
El desencadenante de esa protesta ”polifacética” ha sido la importante subida de tasas e impuestos sobre los combustibles de automoción (gasóleo y gasolina). Aunque sería falso y reductor encasillar el discurso de ese movimiento social, en el mero terreno de la denuncia ante un vergonzoso y lacerante atropello fiscal.
Además del incremento del coste en combustible, el uso del automóvil en Francia, siempre fomentado por todos los gobiernos, está siendo ahora penalizado con importantes subidas en el coste de los controles técnicos, la implantación indiscriminada de radares que multan sin compasión cuando el vehículo sobrepasa en apenas 1Km/h la velocidad permitida. Sin olvidar la inexplicable reducción a 80Km/h máximo en carreteras mientras se mantienen los 130Km/h en autopistas. Nadie entiende porque una norma europea de 90Km/h ha pasado a ser de 80Km/h en Francia. Al parecer esa diferencia no afecta a la siniestralidad, pero si ayuda mucho a recaudara gracias al despliegue de nuevos radares que cosechan una fortuna diaria...
A todo eso, se añaden otros parámetros que provocan efectos colaterales nada desdeñables: el incontrolable encarecimiento de la vivienda ha provocado una “centrifugación” en las ciudades cuyos alquileres o compras se han vuelto tan disparatados que muchos profesionales: comerciantes, médicos, fontaneros, trabajadores sociales, profesores, etc. han tenido que huir de los inaccesibles centros urbanos para buscar residencia en las afueras.
Todas esas personas que se consideran “damnificadas”, han organizado la protesta espontánea a través de Internet porque se ven forzadas a utilizar su vehículo particular (cada día más caro de mantener) para recorrer a menudo, más de 100Km al día con el fin de poder acudir de su vivienda al trabajo, y vice-versa.
Los sociólogos explican que la protesta nace instantáneamente de una clase media “proletarizada”, es decir: gente trabajadora actualmente empobrecida por nuevas medidas fiscales e impuestos que la conducen a la pobreza. Algo de lo que los españoles sabemos bastante...
Curiosamente, también hay otro elemento que a los españoles nos sonará: el gobierno francés ha aplicado un plan económico que reduce en cerca de 6.000 millones de euros los impuestos a grandes fortunas, mientras, curiosidades de la aritmética, ese mismo importe es el que se pretende recaudar vía tasas e impuestos a los automovilistas. Una "coincidencia" que suele molestar a quienes pensamos mal y acertamos, ya sea en Francia o en España.
El gobierno francés argumenta que su misión consiste en penalizar el uso del coche particular, porque contamina mucho, y para disuadir al usuario: crea y aplica más impuestos y multas. Los Chalecos Amarillos cuya protesta bloquea autopistas y carreteras, dicen, por poner un ejemplo: “No soy yo, una trabajadora social obligada a recorrer 150Km diarios para ir a trabajar en un Renault Clio, la que destruye el medio-ambiente europeo. Los responsables reales son los grandes yates, los cargueros, petroleros y los miles de aviones que sobrevuelan el país a diario. Esos contaminan 1000 veces más que los/as trabajadores/as obligados/as a usar su vehículo particular a diario.”
Los movimientos del gobierno siguen queriendo criminalizar las protestas con la técnica ya habitual que consiste en alimentar la “desinformación” orquestada por televisiones afines, que no dejan de repetir en bucle, que ya llevamos dos muertos (de momento) provocados por las protestas de los Chalecos Amarillos.
La mala fe y la mentira son evidentes: el primer muerto lo causó una conductora que dice que se asustó cuando un grupo de manifestantes con Chaleco Amarillo, le pidió que se detuviera en un cruce. Ella decidió no frenar y embistió a quienes protestaban, atropellando a una persona que falleció en el acto.
El segundo muerto se ha producido hoy: lo ha provocado el conductor de un camión que ha tomado voluntariamente una rotonda al revés, entrando por la izquierda para no tener que frenar ante un grupo de manifestantes. Una moto que venía de frente y circulaba correctamente, se ha estrellado contra el camión y el motorista ha fallecido. Hay que tener mucha mala fe para estar culpando (repito que "en bucle") al movimiento de protesta, cuando los responsables de esas desgraciadas muertes son dos conductores temerarios que han infringido unas normas básicas del código de circulación.
El meollo de la cuestión (en mi humilde opinión) reside en el hecho de que el gobierno francés pretende “domesticar” el movimiento social, exigiendo que nombre a líderes, representantes, interlocutores, etc. Salvo la excepción de mayo del 1968 en que no hubo inicialmente ninguna dirección, siempre que han intentado surgir movimientos sociales en Francia, ha ocurrido lo mismo que aquí: sindicatos domesticados junto a clásicos partidos políticos, todos ellos subvencionados con dinero público, anclados en formatos políticos obsoletos, manipulados y controlados por el Poder, se ven abocados a colaborar en ahogar y reconducir cualquier forma de protesta.
Por eso mismo, el gobierno pide tener a los clásicos interlocutores sociales, en lugar de a 300.000 personas no organizadas, bloqueando autopistas de norte a sur y de este a oeste... Claro con un grupo no organizando, no se puede "negociar" sobornando a sus representantes con regalos bajo mano y/o prebendas personales. La inteligencia que podría conducir al triunfo de este nuevo movimiento social, reside precisamente en su negativa a estructurarse de manera vertical. Ese fue el gran logro del 15M español que, sin duda alguna, debe haber inspirado a los Chalecos Amarillos franceses...
Las circunstancias políticas y tecnológicas han cambiado en muy poco tiempo, aunque el Gobierno francés tampoco se ha enterado (como de costumbre). Las redes sociales han conseguido movilizar a través de Twitter, Facebook, etc. concentraciones o manifestaciones relámpago en tal o cual cruce concreto. Cuando ha aparecido la policía, los avisos previos recibidos por los manifestantes, les han permitido cambiar su ubicación antes de que las fuerzas del orden pudiesen reaccionar. El temor de todo gobierno está precisamente en el uso masivo de la tecnología informática, cuando ésta se pone al servicio de una protesta ciudadana espontánea. Ahí es donde les aprieta y les apretará el zapato...
Para poner a prueba su capacidad de acción, los Chalecos Amarillos franceses han convocado una concentración monstruosa en París, citando en la capital a todos los indignados del país en su justa causa, este próximo sábado 24 de noviembre. Evidentemente, como el movimiento no tiene más distintivo que el Chaleco Amarillo (ese que lleva todo automóvil en su guantera), dicho movimiento no existe legalmente, y no hay permiso alguno pedido para manifestar en, y/o bloquear París. En un alarde de prepotencia, el ministro del Interior ya ha dicho que no iba a permitir esa concentración que considera ilegal. Mientras, varios sindicados policiales franceses (muchos de sus afiliados apoyan y secundan esa protesta por considerarse parte del colectivo de damnificados), han denunciado que no se puede bloquear la entrada en París ni detener a millones de automovilistas. El ministro ha cometido una gran torpeza según esos sindicatos, pues su principal obligación es velar por el libre derecho de manifestación evitando así serios enfrentamientos.
Ahora mismo, se acaban de sumar a la protesta importantes sindicatos de camioneros. El pueblo francés ha demostrado a lo largo de su historia, que no se suele doblegar al autoritarismo.
El señor Macrón ha cometido un grave patinazo en sus formas cesaristas de gobernar. Sospecho que la factura política a pagar tendrá un alto coste. Las diversas oposiciones, tanto de izquierdas (Mélenchón) como de derechas (Le Pen) han asegurado en el parlamento, que apoyarán y acompañarán al movimiento en sus actos de protesta en París, y lo harán… Además, han recordado al Presidente, que otros gobiernos han caído por razones menos graves que las que existen hoy en Francia…
El gobierno Macrón está enseñando el camino que seguiría aquí Ciudadanos, caso de ganar las elecciones. Si los españoles no somos capaces de comprender que esas nuevas formas de gobernar no solo desprecian e ignoran a su población más empobrecida, sino que condenan a las otrora llamadas “Clases Medias” a una constante “proletarización”. Día a día el 99% de los habitantes europeos se ven arrastrados por la senda del empobrecimiento global, con el único fin de enriquecer al restante 1%: las élites financieras. Ese es el resultado tangible de haber elegido al joven Macrón en Francia, y traerá las misma consecuencias a España, si no detenemos el ascenso de Rivera a tiempo. Que nadie llore después, alegando desconocer lo que se nos viene encima con C's.
Helio Yago.