Aclarado este detalle, ayer noche recibimos a una estudiante alemana procedente de Munich, la cual venía de Madrid en autobús para pasar unos días en València. Tras los saludos y presentaciones de rigor, esta chica nos explicó que estaba realizando un post-grado en ingeniería informática en la universidad de Munich. Esta joven se había encontrado a principios de curso con que su universidad estaba cerrada e iba a permanecer cerrada a saber hasta cuando, al más puro estilo de lo ocurrido durante la pandemia Covid.

Me quedé estupefacto al oír semejante afirmación y le pedí más información, ya que la prensa española y por ende la europea (a la que tengo acceso), no había nunca comentado nada sobre esa extraña situación en Munich. No sé si esto es un caso global que afecta a toda Alemania o solo a un Lander (Provincia), aunque (por supuesto) me propongo averiguarlo.

La chica nos explicó que en Munich habían públicamente anunciado el cierre de la universidad a profesores y estudiantes explicado que la finalidad de esa decisión era ahorrar energía. Según ella, esa decisión puede causarle un grave trastorno económico, ya que lo que antes significaba pasar el día en la universidad estudiando, comiendo, accediendo a biblioteca, practicando deportes y en resumen: usando los diferentes servicios propios de una universidad, pasaba a significar que, desde el inicio de sus clases, y de ahí en adelante tendría que pasar todo el día en su piso de alquiler conectada por Internet a su centro de estudios.

Entiendo que para muchas personas esto pueda parecer una anécdota sin importancia. Sin embargo, para nuestra invitada esa decisión gubernamental supone un grave dilema: hasta ahora, ella alquilaba su piso estudiantil en el que solo ponía la calefacción durante sus horas nocturnas de descanso porque solía pasar hasta ahora, el día entero en su universidad estudiando, leyendo en la biblioteca, comentando temas de estudio con sus compañeras y compañeros, comiendo en el comedor, o incluso practicando algún deporte, etc.

Sin embargo, la nueva situación implica enfrentarse al grave dilema de tener que elegir entre seguir con sus estudios como hasta ahora, o renunciar a ellos regresando a casa con sus padres. Teniendo en cuenta que sólo el coste de su calefacción, supone mucho dinero...

Basta con pensar lo que supone esta situación para esta chica o cualquier estudiante:

-Por la mañana la estudiante se levanta y no puede apagar la calefacción de su piso, porque ya no puede ir a la universidad para intercambiar con sus profesores, compañeros o compañeras. Por consiguiente tiene que pagar su consumo de calefacción (encendida todo el santo día), cosa que antes no ocurría ya que ese consumo estaba implícitamente asumido por el simple hecho de pasar todo el santo día en la universidad que le aportaba el confort y el calor necesario para seguir sus estudios.

-Tampoco podrá ya conversar y preguntar a sus profesores que se ven condenados a permanecer en sus casas (pagando a su vez su propia calefacción) para grabar vídeos de sus clases que, los alumnos podrán consultar en su casa con su ordenador.

No creo que sea necesario dar más explicaciones: esto es simplemente un filtro que determina quién puede o no puede estudiar en Baviera (la región cuya capital es Munich): o tus padres tienen dinero para costear tus nuevos gastos, aunque por mucho que pagues tu MALA formación vía ZOOM (el programa que permite ver tus cursos por internet), o simplemente renuncias a tus estudios. Cosa que yo haría, ya que cualquier formación no presencial es una “estafa” que poco o nada aporta al estudiante por muy brillante que sea…

Señora Ursula von der Leyen o señor Olaf Scholz (canciller alemán), ¿Creen ustedes sinceramente que merece la pena condenar a varias generaciones de SUS propios estudiantes a la desgracia de una infra-formación, solo para ganar algunos puntos ante el senil emperador Joe Biden? Yo creo sinceramente que no…