Posted by admin on 22 Sep 2022 in Real como la vida misma
Me encanta escuchar a la analista francesa Natacha Polony. Esta joven (Lo es para mi, ya que nació en 1975) dirige con mucho acierto la revista francesa Marianne (Marianne es el ficticio personaje femenino que simboliza la República francesa ataviada con el famoso gorro frigio).
He podido constatar con cierta tristeza que para estar correctamente informado, debo acudir a medios franceses. Aunque leo a diario Público, Eldiario, además de seguir CTXT, El Salto y ocasionalmente El País, no encuentro un solo análisis que saque a relucir las cosas que importan para Europa. No carecemos de buenos periodistas y analistas, pero la mayoría andan repitiendo como loros lo que les ordenan decir, sin informar de las consecuencias de la tozuda realidad que es la nuestra.
Por consiguiente casi siempre que oigo a Natacha Polony aprendo muchas cosas, y ya puestos os las cuento. Ayer 21 de septiembre decía más o menos lo que sigue…
Al parecer hay ciertos acuerdos entre Europa y USA, sobre los cuales, los americanos llevaban ya tiempo mostrado evidentes reticencias hacia nuestra legislación relativa a la llamada Soberanía Digital. No es que la UE haya querido iniciar una “guerra” contra las grandes empresas USA sobre semejante asunto, sin embargo las decisiones tomadas por el legislador europeo en relación a la protección de la información personal de sus ciudadanos molesta al conglomerado digital americano. Algo que aquí en Europa consideramos como “datos sensibles” ha sido acertadamente (en mi opinión) protegido por la justicia europea que lleva años considerando que la información privada de TODOS los ciudadanos europeos merece un alto nivel de protección.
Esa información que hoy en día se llama “Big Data” es lo que todos los expertos definen como la mina de oro del siglo actual (y aún más lo será en siglos venideros). Evidentemente, nuestra legislación protectora molesta, y no poco, a las grandes empresas americanas de Internet, llamadas: GAFAM (Google, Amazon, FaceBook, Apple, Microsoft).
Pero mira por donde, y por casualidades del destino, aparece la guerra en Ucrania. Y más aún que la propia guerra en sí, ocurre que de inmediato, la Unión Europea decide aplicar sanciones a Rusia y prescindir del gas ruso. Tras tomar esa drástica decisión, y ya que la Unión Europea carece de fuentes de energía fósil (Gas y Petroleo), no queda otra alternativa que acudir al tío Sam (O tío Biden). Como todos sabemos, USA dispone solo de gas de esquisto producto del Fracking. Algo que la UE ha rehusado siempre usar y explotar en su territorio, por ser su extracción terriblemente dañina y contaminante.
No obstante, y por arte de magia, la necesidad convierte a menudo lo más dañino en bueno, limpio y virtuoso. La siempre coherente UE decide pues comprar ese gas líquido “made in USA”, a un precio evidentemente mucho más caro de lo que se vendía antes, y a la vez mucho más caro de lo que costaba el gas ruso. Sin hablar de la necesidad de crear plantas de re-gasificación en Europa, comprar barcos especiales para transportar dicho gas licuado por mar (un transporte que por definición añade más contaminación) junto a otro largo etc de inconvenientes añadidos.
En resumen: una magnífica decisión que contaminará más aún el planeta, y por la que somos deudores agradecidos a Joe Biden que tan generosamente nos exprime el bolsillo al vendernos su gas de peor calidad a un precio mucho más caro. Pero ahí no queda la cosa, en agradecimiento a la generosa actitud de USA, como nada en este mundo es gratis, tomamos nuestras leyes de protección de datos, esas de las que la UE estaba tan orgullosa y las olvidamos en un cajón cuya llave tiramos a un pozo sin fondo. Así seguirán engordando las grandes empresas de Internet americanas: una vez más las GAFAM.
Pequeñas y medianas empresas europeas (entre ellas, no pocas españolas) llevan años investigando y desarrollando soluciones informáticas perfectamente válidas y asequibles para Hostelería, Industria, Sanidad, Educación, etc. A partir de ahora, dichas empresas van a ver pronto peligrar su porvenir, ya que por orden de quienes dirigen la Unión Europea, toca rendir pleitesía al amo del nuevo gas e introducir sus soluciones informáticas, dejando (por ejemplo) que empresas americanas controlen los datos sanitarios de todos los habitantes de la Unión Europea; dejando también que Microsoft se adueñe del campo de la enseñanza y olvidando a conciencia otras soluciones basadas en el modelo “Open Source” (código abierto y libre) como por ejemplo Linux (Gratuito por definición).
Natacha Polony viene a decir (y comparto su opinión al 100%) que los dirigentes europeos no tienen ni los conocimientos necesarios, ni conciencia alguna de la barbaridad que ha supuesto el abandonar nuestra incipiente Soberanía Digital a cambio de gas. Si algún día esa Unión Europea (cuyos dirigentes yo no he votado) llega a tomar conciencia de las consecuencias de sus malas prácticas en el campo digital, se dará cuenta de que voluntariamente Europa se ha tirado un tiro en la cabeza, ya que para existir en el mundo actual como entidad política con cierto grado de credibilidad, es necesario fomentar y sostener un modelo digital propio que no sea esclavo del gran conglomerado de las GAFAM americanas.
Dicho esto, está claro que pedir a nuestras élites dirigentes que piensen en las consecuencias de sus actos, es evidentemente pedir demasiado...