El Poder, ese extraño y conocido sujeto. 1/3
Toda relación humana se basa en el ejercicio del poder. El poder está siempre presente: ya sea en la pareja, familia, sociedad, trabajo, etc.. siempre hay quienes ejercen su poder sobre otras personas, aunque tiene varias formas. A menudo los individuos estamos sujetos a una instancia que nos domina mediante la aplicación del concepto de disciplina, aunque hoy me centraré en el poder del Soberano, algo que se viene ejerciendo desde la antigüedad hasta nuestros días.
Contrariamente a lo que ocurría en los albores de la Humanidad, el actual poder Soberano no descansa sobre una persona concreta y visible. En los inicios, un ciudadano podía dirigirse al Rey todopoderoso de forma personal para pedirle justicia (por ejemplo). Hoy la figura soberana descansa sobre una institución impersonal. En España se llama La Corona (un símbolo) y ya ha pasado a ser totalmente secundario que el Rey sea el anterior, el actual o su eventual sucesor. La Corona se ha emancipado de la persona para ser mera institución.
Esa Corona nombra a un Presidente de Gobierno, el cual a su vez y a través de una imponente estructura burocrática, nombra a sus subalternos para ejercer esa labor llamada “de gobierno” que afecta a toda la ciudadanía. Para que ese sistema funcione, evidentemente debe existir un CONTRATO implícito mediante el cual el habitante del país reconoce su sumisión al Poder, a cambio del estatuto de “ciudadano”. Evidentemente, y aunque algunos digan lo contrario, el contrato es totalmente asimétrico, o dicho de otro modo: el Poder SIEMPRE se lleva mucho más de lo que nos devuelve en servicios.
Pongamos un ejemplo: si le compro a Pedro un kilo de manzanas por tres euros, yo recibo esas manzanas y Pedro recibe mis tres euros. Ese sería un trato “simétrico” en el que dos personas, de común acuerdo intercambian posesiones. Sin embargo entre el ciudadano y el Estado el contrato suele ser asimétrico. Si por seguir con el ejemplo, el Estado se entera que he intercambiado ese kilo de manzanas con Pedro, vendrá raudo y veloz a pedirnos el IVA, los documentos de cambio de titularidad, la declaración de incremento de patrimonio, y en resumen: las manzanas pasarán a costar cinco euros, sin que ni yo ni Pedro saquemos el menor beneficio de ese incremento de precio. algunos dirán que ser ciudadano español tiene enormes ventajas, allá ellos…
Cuando (por poner un ejemplo) cometemos la locura de comprar un utilitario para ir a trabajar, pagamos además del vehículo, un impuesto por la transacción comercial (el dichoso IVA); otro por el derecho a circular; otro por la matricula; otro por el uso y disfrute de las carreteras que el Estado construye y mantiene; otro al ayuntamiento; otro por la contratación de un seguro obligatorio etc. etc... y podría seguir así hasta el infinito, sin hablar de algo tan importante como el hecho de que cada vez que llenamos el depósito de combustible, la mayor parte de lo que pagamos en la gasolinera son impuestos que va directamente a las arcas del Estado. También cuando realizamos el mantenimiento: cambio de aceite o neumáticos, nos cae encima ese dichoso IVA destinado a la administración. Si alguien se tomara la molestia de cuantificar la parte que se lleva el estado durante la vida útil de un utilitario de 10.000€, se echaría las manos a la cabeza…
¿Que nos dice el Poder?
-Que al nacer en España, uno accede a grandes derechos inalienables que le convierten en una persona con derecho a votar, y a disfrutar de: educación, salud, trabajo y vivienda digna.
¿Que hace el poder?
Falsificar todas las cláusulas de ese “contrato social” como podrán demostrar los innumerables estudiantes que no pueden pagar sus tasas; los enfermos que no pueden pagar sus medicamentos; los parados que no reciben ni una sola ayuda; las cientos de miles de familias desahuciadas que viven en condiciones de exclusión social; los cientos de miles de emigrantes que nunca pueden votar, no vaya a ser que quienes mandan pierdan escaños, etc, etc...
El primer paso que se realiza cuando a una persona se le ocurre nacer en España, es que sus progenitores van a tener que pagar por el simple derecho de inscripción en un Registro Civil antes público, ahora privatizado. Como agradecimiento a su nacimiento, cada niño o niña que llega al mundo en este país hereda una deuda pública que jamás podrá pagar aunque trabaje cien años gratis.
El Poder también tiene un enorme sentido del humor:
-Nos dice que tenemos derecho a la libertad de expresión, y sin embargo ironizar públicamente sobre la muerte de un asesino psicópata puede llevar a la cárcel.
-Nos dice que a cambio de impuestos, nos protege de la delincuencia, y sin embargo, muchos tenemos la sensación de lo contrario. Más bien se protege a los grandes delincuentes.
-Nos dice que tenemos derecho a la educación gratuita: preguntad a cualquier estudiante por el coste de una carrera en la universidad pública.
-Nos asegura el derecho a la salud, cosa que solo es cierta, muy en parte: espero que nadie tenga que pasar por el trago de necesitar una silla de ruedas. La tendrá que pagar, y si no puede se quedará sin ella.
-Nos habla de libertad religiosa, pero financia a asociaciones extremistas que adoctrinan y defienden postulados ilegales.
-Ahora nos cuenta que necesitamos armar mejor a nuestras “fuerzas ya armadas” para defendernos no sabemos muy bien de qué ni de quien, pero eso si: los contratos para compra de armamento van a subir más que nunca mientras las ayudas sociales bajan siguiendo el principio de los vasos comunicantes: lo que quito de ayudas me lo gasto en armamento.
Solo les falta recuperar el derecho de Pernada y el equilibrio contractual con un Gobierno Soberano y de derecho será exactamente el mismo que ya tuvimos en tiempos de la inquisición…
(Publicado ahora mismo en mi muro de Facebook)